El tiempo de preparación para la Navidad o tiempo de adviento, es el periodo previo a la celebración del nacimiento de Jesús, durante el cual los creyentes seguimos, semana a semana, la historia y obras de nuestro Salvador Jesucristo. La cristiandad no sólo conmemora estos eventos sino que los revive mediante la realización y participación de actos referentes a tales acontecimientos.
El adviento, es por lo tanto, tiempo de preparación, de esperanza, de rectificación de nuestras faltas, de transformación y de renovación de nuestra fe, brindándonos la oportunidad de vivirla a profundidad con verdadero sentido cristiano y que podemos aprovechar para revisar cómo ha sido nuestra vida espiritual, nuestra vida en relación con Dios y de examinar nuestro compromiso como creyentes. Es la ocasión apropiada para hacer un plan de vida dirigido al mejoramiento de nuestra persona. Al iniciar el adviento hagamos una reflexión: Imagina a Jesús, llamando realmente a tu puerta. ¿Qué crees que viene a regalarte o a pedirte? Piensa que Él es un príncipe y llega ahora mismo de cielo, y que viene cargado de tesoros y de gracias para obsequiártelas, por lo tanto aprovecha esta oportunidad y haz una lista de lo que más anhelas recibir y preséntale tus peticiones, en las que reúnas tus mejores deseos y esperanzas de Adviento. Concentra tu mente en todo aquello que ansías con el alma, hazlo de manera generosa y extensiva, de forma que tu exigencia contenga también la satisfacción de deseos y necesidades de otras personas.
Apunta más alto: pide para ti y hazlo en grande, que este tiempo te ayude en la superación de tus defectos, el crecimiento de tus virtudes, el vivir una fe más auténtica y comprometida, una vida nueva, una alianza de amor renovada, pide además, que haya paz, que se erradique la pobreza, también por aquellos que sufren o por los que tienen hambre, pide en abundancia y con el corazón, siente igualmente que eres merecedor de todo lo que estás solicitando pero también ofrécele tus regalos como agradecimiento a lo que has de recibir, comparte tus dones con aquellos menos favorecidos.
Para preparar la Navidad pongamos en práctica algunas actividades que nos permitan vivir estos días como quien se dispone a un gran acontecimiento. Comencemos desde el primer día de Diciembre:
- Al comienzo del mes limpia tu casa como lo harías para recibir la visita de Jesús, y mientras lo haces armoniza el ambiente con música suave e instrumental, al finalizar puedes quemar una varilla de incienso. En la noche enciende una vela solicitando a nuestro Creador que envié su Espíritu Santo para que te ilumine , siéntate en tu habitación y eleva una Oración con tus propias palabras, disponte en ese momento a pensar en aquellas cosas que hay dentro de tu corazón y que constituyen basura emocional y que afean tu espíritu, considerando que ya es hora de retirarlas de allí para que realmente también tu ser entero esté limpio (perdónate por las faltas cometidas), visualiza tu casa y tu ser entero llenos de luz, agradece con alegría todo lo que has recibido y la presencia de Dios en tu hogar y en tu corazón.
-Toma una hoja de papel de un color de tu preferencia y haz tu carta de peticiones (como si fueses un niño) convencido(a) que Dios oye tus plegarias. Hazlo con fe.
-Toma 25 frases sacadas de la palabra de Dios (al azar), luego escríbelas en una hoja, córtalas, dóblalas y colócalas en una cesta preparada previamente con plantas secas y aromáticas (eucaliptus, malagueta, pino, o cualquier otra), cada día saca una de estas frases y medítala.
- Prepara un cofre para colocar desde el primer día del mes, unas monedas (las que tu decidas) hasta el día 23, y con la cantidad allí reunida compra algo para hacer un presente a una persona necesitada.
- Si vas a realizar el pesebre, de ser posible hazlo en colaboración con tu familia y por partes, o sea, cada día coloca algo y así irás agregando elementos, comienza por preparar el establo, luego los pastores y las ovejas, más tarde ubicarás a María y José, posteriormente los reyes magos y por último el niño Jesús, la noche del 24, todo esto con la idea de revivir los acontecimientos, como suponemos que sucedieron.
- El día 24, Bendice tu cena navideña y agradece por la presencia de cada uno de los que te acompañan en esta oportunidad y de ser posible invita a tu mesa a alguna persona particular para compartir los alimentos.
- Selecciona un día y escribe tus propósitos para el nuevo año.
“Solo vasta creer que es posible y lo habré alcanzado”
Diciembre, 2010
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