25/11/10

CONSEJOS PRACTICOS PARA ENFRENTAR EL ESTRÉS

El estrés crónico se manifiesta en tu salud de diferentes maneras y, por ende, su abordaje debe realizarse con la supervisión de un equipo profesional especializado que te ayude a detectar sus causas y sus vías más adecuadas de tratamiento.



Los síntomas del estrés son variados, destacándose los siguientes: migrañas, depresión-ansiedad (inestabilidad del humor), enfermedades coronarias y afecciones psiquiátricas mayores. La aparición de todos estos síntomas, y su falta de resolución, conlleva un elevado costo en calidad de vida y salud.


Otras manifestaciones, si no se presta atención a las anteriores, son: hiperactividad, trastorno del sueño (ya sea no poder dormir o despertarse reiteradamente durante la noche), y agravamiento de los síntomas mencionados anteriormente.

Si el estrés persiste en el tiempo (estrés crónico), sin que la persona aplique cambios que reviertan esta situación, se pueden desencadenar las llamadas “enfermedades psico-somáticas”, que pueden ser de tipo digestivas (síndrome de intestino irritable), respiratorias (asma bronquial, hiperventilación), cardíacas (infarto, angina de pecho), endócrinas (obesidad, diabetes), dermatológicas (rash, eczemas), psiquiátricas (trastornos de ansiedad, trastorno depresivo), y adicciones (a la comida chatarra, al juego, al alcohol, a sustancias ilegales).

A continuación te ayudamos a reconocer algunos signos de alerta del estrés en tu cuerpo, y algunos consejos para una intervención primaria. De ninguna manera esto debe dejar de lado la pronta consulta profesional para detectar los focos estresores y aplicar un tratamiento acorde y personalizado para poder contrarrestar los efectos negativos que esto genera a tu organismo.

¿Cuáles son las causas del estrés?

Podemos destacar cinco puntos principales como causantes de estrés, y que abarcan a su vez otros sub-puntos. Estos son:

•Hacer demasiadas cosas uno mismo, sin considerar que no las podemos abarcar a todas en una misma unidad de tiempo (el día de 24 hs.).

•No delegar, no confiar en otras personas, creer que nadie hará las cosas como las hacemos nosotros.

•Llevar una agenda desordenada: no planificar o hacerlo de manera muy precaria; no centralizar la planificación en una agenda o planing de actividades diarias, semanales, mensuales y anuales.


•Descanso insuficiente. Como las tareas son demasiadas, las hacemos a todas nosotros y el trabajo es desordenado, no nos alcanza el tiempo y, como consecuencia de esto, dormimos menos.

•Sedentarismo. Frente a esto, la actividad física es ansiolítica, desestresante, minimiza los sentimientos desagradables y estimula la motivación.

¿Cómo llevar la tranquilad a su vida diaria?

A continuación, compartimos una serie de consejos prácticos para reducir los niveles de estrés y aliviar sus consecuencias en el organismo, siempre destacando que el estrés avanzado requiere de una necesaria supervisión médica que permita trazar el tratamiento más acorde para cada persona.

Algunas sugerencias para revertir el estrés, o minimizar su impacto, son:

•Dormir un mínimo de 6 horas diarias, aunque idealmente entre 7 y 8 horas.

•Realizar un planning de actividades fácilmente visible.

•Tomar 2 días de descanso cada dos meses. aparte de los descansos semanales.

•Comer y tomar bebidas alcohólicas con moderación.

•Delegar más, confiar más en su familia y colaboradores.

•Camine más: por lo menos 20 cuadras por día.

•Disfrute de sus afectos, familia, amigos, grupos de interés. No los sacrifique en el alter de sus obligaciones.

•Evite las comidas de trabajo. La comida es el momento ideal para comunicar –con personas significativas- afectos y sentimientos…no problemas.

•Dedique tiempo al cuidado de su salud. No postergue sus chequeos y consultas médicas ya que afecciones menores pueden agravarse con el tiempo.

Cultive actividades diferentes a su trabajo. Milite sus creencias.

FAMILIAS ESTRESADAS: Las Consecuencias de la Sobreexigencia EXTREMA

El estrés no da tregua, y en los últimos años se ha metido cada vez con más ímpetu en el corazón de nuestros hogares, afectando de una manera u otra a todo nuestro círculo familiar.

Sin distinguir clases sociales, el estrés ha llegado para quedarse y está destruyendo nuestro bienestar personal e incluso nuestras relacionales interpersonales. Adolescentes, jóvenes y adultos, sumidos en crecientes responsabilidades diarias, hemos caído en un desgaste que redunda en el cansancio permanente, en la pérdida de espacios comunes de intercambio y en un individualismo cada vez más marcado. ¿Cuál es la solución?

Familias “exigidas”


En general estos círculos familiares están compuestos por adultos muy autoexigentes y exitosos en lo personal y en lo laboral, cuyos hijos son destacados a nivel académico, artístico y deportivo, pero sufren de una alta carga de estrés por estar presionados por sus seres queridos y por su entorno social, cada vez más competitivo.

A los adolescentes y jóvenes de estas familias la vorágine cotidiana los ha llevado a sufrir instancias propias de los adultos, como tensión alta e insomnio, y a caer en situaciones de estrés que los lleva a un estado permanente de cansancio. No les alcanzan las horas de sueño; tienen todo el día obsesivamente programado por sus padres y su rutina es ajustada, no permitiéndoles disfrutar de esta etapa de sus vidas ni de actividades recreativas y placenteras

Tienen sobre sus espaldas la presión de ser excelentes estudiantes, de tener que hablar varios idiomas, de alcanzar logros deportivos. Pero van perdiendo sus espacios para ser felices, para compartir y, para peor, cuando se dan cuenta de que no pueden alcanzar los estándares de rendimiento estipulados se frustran y buscan desahogarse a través de excesos.
La mujer, desgastada

La mujer, además de las crecientes presiones de su familia y de su entorno laboral y profesional, carece en la mayoría de los casos de “válvulas de escape” que la ayuden a gozar de espacios propios que le permitan minimizar los efectos del estrés.

En consonancia con la situación que atraviesan sus hijos, la mujer pasa gran parte de su día arriba del auto llevando a sus hijos de un lado a otro, lo que le produce un desgaste agobiante al tratar de coordinar agendas propias y ajenas. Esta situación se acrecienta cuando además debe enfrentarse a una gran cantidad de trabajo del hogar, sin contar con ayuda adecuada y con un conyugue que muchas veces vuelve cansado y estresado de su trabajo.

Cuando esta situación se prolonga en el tiempo, las mujeres se convierten en máquinas; dejan de verse lindas y atractivas y comienza a decrecer su autoestima. De a poco, a causa de las exigencias diarias, se va renunciando a espacios en común tanto con el cónyuge como con los hijos y amistades, y aparece esta sensación de que se ha perdido el rumbo, profundizándose el malestar.

¿Cómo revertir el estrés familiar?

•Recuperar espacios familiares.

Debemos reconstruir los espacios en todos los sentidos: esposo-esposa, padres-hijos, entre hijos y, porque no, también con nuestros amigos. Esto no se resuelve con un viaje familiar, sino con un trabajo permanente entre los distintos vínculos. Se debe propiciar esto buscando compartir espacios de relajación, recreación y de encuentro en el ámbito cotidiano; por ejemplo compartiendo almuerzos y cenas, evitando durante estos la presencia de la televisión -la cual interfiere con el dialogo-, proponiendo un juego de mesa, etc.

•Incentivar la práctica de deportes.

El deporte es muy importante para revertir el estrés en la persona.





•Mejorar los hábitos alimentarios.


Esto es fundamental ya que nuestro estado general de salud y capacidad inmune se verán afectados por la calidad de nuestra alimentación. Es importante encontrar un equilibrio cuando el tiempo no permite la elaboración de comida casera. Para ello sugerimos diseñar una estrategia viable en el contexto particular que nos movemos: ya sea listando lugares y opciones saludables al comprar comida elaborada, o surtiéndonos de platos pre-elaborados para tener a mano en el freezer...¿y por qué no?, hacer de la elaboración de un plato saludable una actividad lúdica que involucre a varios integrantes de la familia en un fin de semana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajaja yo pienso HELADO!!!!!! DE CREMAAAAA